Lo que no sabes de Turku la capital “gastro” del país más feliz del mundo
conocido por ser el país más feliz del mundo, por su sauna y sus infinitos bosques y lagos, Finlandia guarda todavía muchas sorpresas. Una de ellas es su primera capital. Sí, Helsinki fue una idea rusa del año 1812. Turku, además de ser la puerta de salida a todo el festín isleño del Báltico, es la cuna religiosa, cultural y comercial del país, su ciudad más antigua, y hoy, el enclave gastro más excitante.
Turku es ciudad de estudiantes, de grandes avenidas (toda la ciudad se quemó en 1827), miles de bicicletas y venga de puentes y ferries que cruzan el río. Algunos de los mejores restaurantes, como NOOA y Smör, están situados junto a la orilla. Estos ya hablan el idioma de la nueva cocina nórdica, donde manda el producto de temporada y cada steak tartar es una obra de arte.
Otro rincón para ver lo último que se cuece en la ciudad está en lo alto de Kakola, epicentro hipster con truculento pasado. Todavía hoy se puede ver la prisión que domina toda la colina. Hasta 2007 alojó a los “criminales más temidos y reincidentes del país”, como explica Anu Salminen, guía del lugar.
Hoy, en el complejo carcelario hay apartamentos, obrador de pan, tostador de café, uno de los mejores restaurantes de Turku, el Kakolanruusu, y hasta un hotel que, lejos de esconder su pasado se regodea ofreciendo al huésped más intrépido una noche en las antiguas celdas de aislamiento.
Por eso, después de visitar la catedral, considerada el monumento histórico más valioso de Finlandia, y el castillo, hito turístico por excelencia, conviene asomarse al puerto. Y, ya que estamos, conviene embarcarse rumbo a ese archipiélago prodigioso donde Finlandia multiplica por mil sus encantos, más aún estos días largos, eternos, y, sobre todo, más templados.